Este de arriba creo es el primer trabajo musical, fruto de la colaboración con R.E.M, de Jem Cohen. Pasaron muchos años hasta que le puse cara al hombre tras la cámara. Ayer dío una charla en A Coruña, invitado por el CGAI, aprovechando que el festival Punto de Vista le ha dedicado recientemente una retrospectiva y el Gobierno de Navarra ha editado un libro sobre el. Jem Cohen trabaja con película de cine, rodando en 8 y 16 mm, un formato que exige una edición laboriosa, de corte y pega de fotógramas real y que a cambio da una imagen realmente hermosa, con esa textura y granulado tan especial. No hay excesiva ciencia ni técnica en el trabajo de Jem Cohen. Rueda el bruto, selecciona partes en y después las monta (a veces sobre la misma cámatra añadiendo sonido real y música. Lo que le hace especial es la intención de su mirada y su función, generalmente muy crítica. De esta manera se mueve entre el videoarte, el documental y lo musical. Él prefiere decir que se limita a rodar documentos audiovisuales, fuera de géneros, que toma como recortes de la realidad, sin buscar temas concretos.
En Coney Island, End of God. The Way it must be , proyectado ayer, muestra imágenes de ese lugar que tanto me gusta, Coney Island. Allí grabé mi primer intento de cortometraje, Wonderwheel, que no pude terminar por falta de tiempo y luz. Después de todo solo era una práctica para la NYFA. Ahora pienso que una buena idea sería que editase esas imágenes con algo de música. No encuentro esa pieza en internet, pero si os dejo con el trailer del estupendo documental homónimo dedicado a Benjamin Smoke. Junto al anterior, Instrument, dedicado a la banda Fugazi, una más que interesante muestra de un modo de hacer documentales.